Como un fluir de lluvia
cayendo por el tejado,
el tiempo escapa entre los dedos
ante mis sentidos abotargados.
Ensoñaciones de pasados días,
recuerdos creídos superados.
La marcha es lenta en la vigilia
el anhelo en el sueño cazado.
¿Por qué habría de sonreír a la vida?
Constante tropezar sobre barro.
¿Y por qué todo esto en rima?
Si odio la prepotencia de la poesía,
y lo mío es el relato.
El anciano Sol se alza con sus rayos de luz prístina
mientras desde el suelo no percibo más que cielo nublado.
En mi interior sólo encuentro fragmentos hechos esquirlas,
en mi cabeza utopías y quimeras muertas en días pasados.
La decepción me acompañará constantemente en mis días
y reacio me mostraré ante el nuevo amor hallado
este nuevo sentimiento, se verá así limitado,
pues no somos en el fondo más que esclavos de nuestro pasado.