Autor - Alberto Vázquez-Figueroa.
Género - ¿Novela histórica?
Número de páginas - 205 páginas.
Localización y temporalización - Finales del siglo XVII en la isla de Hood "La Española" (una de las islas que conforma Las Islas Galápagos).
- Sinopsis: "La Iguana" Oberlus ha vivido siempre apartado del mundo en dos sentidos; de la tierra pues no conoce más vida que la que brinda el mar, y de la gente, que debido a su fealdad siquiera se atreven a acercarse a él. Siempre a bordo de balleneros como arponero (y bastante bueno de hecho), decide un día cansado de la gente, quedarse a vivir en la isla de Hood ("La Española") donde el barco en el que viaja, el Old Lady II, hace parón para recoger víveres. Desde ese momento, se autoproclama rey de la Isla de Hood y soberano de todo lo que allí habita, iniciando una guerra personal contra el resto de seres humanos.
- Opinión: Con ganas de leer algo ligero a lo que dedicarle unos minutos antes de dormir por las noches, acabé decidiéndome por esta novela que tenía en el estante desde... No sé cuanto, de hecho, ni siquiera sé como llegó hasta allí (literalmente)... Pero el caso es que me dio lo que tenía ganas de encontrar, una lectura rápida y relajada, que no hiciera especial hincapié en los detalles y que no estuviera sobrecargada de personajes repetitivos o historias que uno ya ha leído miles de veces, ¡nada más alejado de la realidad!
Menuda sorpresa me he llevado con este libro, el protagonista es probablemente uno de los más cabrones con los que me he topado en todo lo que llevo leído ("El Perfume" no le llega ni a los talones como asesino), de forma de ser y pensar agria como el vinagre, y de facciones deformadas y duras como la roca, es lo más atípico que uno podría encontrarse como protagonista. El personaje tiene por objetivo sobrevivir y no permitir que nadie pise su isla, y es que de hecho el libro es en gran parte una especie de monólogo que el protagonista tiene consigo mismo, ¿no hay más personajes? Claro que los hay, y mal que lo pasan... Cuando un barco pasa por la isla para hacerse con suministros, Oberlus aprovecha para raptar algún miembro de la tripulación y utilizarle más tarde de esclavo. A largo alcance, su objetivo es hacerse un imperio propio que habite en la isla, y es impresionante ir viendo como poco a poco y ante la sorpresa del lector, va haciéndose con plantaciones, hombres, cañones, armas de fuego, e incluso una mujer, a la que como podréis imaginar solo utiliza para una cosa... Y es que lo que más impresionado deja de Oberlus es ver lo poco humano que es con los actos que hace, llegando a crearse unas ganas en el lector de seguir leyendo para ver cual será la siguiente cosa que hará, sin duda, impresionante.
A lo largo de las páginas iremos descubriendo la forma de ser del personaje, su forma de pensar y el por qué de esta, sus ansias por sobrevivir que lo hacen más duro que la piedra, y la capacidad que tiene para seguir siempre adelante. Como lectura, lo recomiendo encarecidamente y lo veo perfecto para gente que no tenga un gran hábito lector o a quien no guste mucho la lectura, pero tenga ganas de leer algo ligero y entretenido (sin duda este libro está hecho para estas personas), eso sí, no lo consideraría lectura para adultos, pero hay "escenas fuertes", por lo que no lo recomiendo a niños. Como novela en sí, tiene poco valor, pero eso sí, nada olvidable (el argumento y desarrollo son muy atípicos) y permite a uno aprender unas pocas cosas sobre supervivencia, datos que siempre son bien recibidos por el que suscribe, pues siempre me parecen interesantes. Sin duda, este autor es muy bueno escribiendo cosas de lectura sencilla, así que no dudéis en leer más trabajos suyos, para pasar el tiempo me parece un escritor perfecto, y no le estoy menospreciando, pues por esto le respeto muchísimo, consigue lo que se propone, que es hacer pasar un buen rato, sin duda de los mejores en su estilo. Esta novela es un buen ejemplo de ello, pues en apenas poco más de 200 páginas, nos cuenta una historia muy interesante, con un buen desarrollo.
Desde el punto de vista histórico, decir que realmente se dio este caso, aunque muy poca información puede encontrarse del mismo. El habitante de la isla de Hood se llamaba Patrick Watkins y era de origen irlandés, el mote de Iguana le vino por el aspecto horrible de su cara. Además, existe una adaptación al cine de este libro, que no he visto, y que puede que próximamente acabe comentando por aquí, si me decido a hacerle un visionado.
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