Este sitio huele a podrido...

   Las paredes están hinchadas, efecto de la acumulación de agua entre los muros, si golpeas una con la suficiente fuerza puedes oír el mismo sonido que hace un insecto al ser aplastado. El techo se está descascarillando, de forma intermitente pero constante, los polvos que caen del gotelé de la pared superior parecen limaduras de hueso que, una vez posadas en el mugriento suelo sobre el que descansa una alfombra mohosa, dan la sensación de hojaldre espolvoreado con harina. De todas partes y de ninguna en concreto llega un olor a viciado, a descompuesto, quizás y en la repentina inundación de las paredes murió alguna familia de roedores cuya descomposición conjunta con el ambiente de la sala. Este sitio fue en su momento un lugar agradable en el que escribir, donde de vez en cuando se dejaba caer algún comentario bien intencionado, donde se intercambiaban conversaciones sobre los temas tratados (amén de amenazas contra el buen gusto en formato de entradas), era un lugar donde podía pasarse un buen rato... La dejadez por mi parte y el paso del tiempo han contribuido a la decadente caída de este sitio, que ahora resulta difícil de encontrar por la web, cuando, otrora, fue capaz de conseguir un humilde pero honorable número de visitas diarias. ¿Empezar de nuevo en otro hogar, o remodelar de a poco este sitio que fue mi hogar y lugar de desahogo durante tanto tiempo? ¡Creo que optaré por lo segundo! Aún puedo oír débiles pasos en el piso de arriba, seguidores y amistades que pasan de vez en cuando a la espera de que escriba, fantasmas que imagino pensando que a alguien le importa lo que escribo... No necesito público, no necesito reconocimiento... Sólo necesito escribir. ¡Así que manos a la obra! Pienso recuperar el ritmo de publicaciones: recoger un poco la estancia, limpiar el polvo, abrir las ventanas y que vuelva a fluir el aire limpio, barnizar las escaleras...

   Dirijo mis pasos al salón y tras retirar el polvo que hay sobre la mesa y las telarañas que se han formado en torno a la silla abro mi portátil, lo sitúo sobre la mesa, y una vez encendido me pongo manos a la obra... Tengo muchas cosas que hacer, mucho que escribir, películas y libros de los que quiero hablar... Pero no es el momento, vayamos con calma... Las imágenes se abren paso en la pantalla, el show ha empezado, me desabrocho los pantalones y empiezo a masturbarme, no sé con qué me limpiaré...

Tampoco me importa, estoy en mi casa.