Shotgun Stories: Tranquila y pausada

   Opra prima del director Jeff Nichols, en la que nos cuentan la historia de tres hermanos: Son, Kid y Boy, y de cómo estos tienen problemas con sus hermanastros (comparten padre), cuando muere el progenitor de todos estos. Una historia cruel y oscura, una vendetta americana llevada en un entorno rural, con largos planos y un tema musical que se repite a ráfagas a lo largo del film, más cercano a la música clásica que al folk, más propio de esa tierra. Probablemente lo menos hollywoodiense del mundo. Una obra sin florituras que no trata de sobresaltar al espectador con la historia de venganza, que se mantiene tranquila y llana (que no plana), no juega con el espectador y se toma su tiempo para introducir a los personajes, así como para iniciar el misterio en torno al cuál gira la película… Una herida de escopeta que tiene Son en la espalda, y sobre la que corren todo tipo de rumores.

   Sencilla, humilde, llena de rednecks civilizados que llevan una vida plácida y tranquila en el campo. Un cruce entre la tranquilidad del panorama rural y el odio arrastrado por unos hijos que malvivieron por culpa de un padre alcohólico, que acabó formando otra familia mejor. Un paseo por unos paisajes naturales bastante bonitos, una mirada interior a la vida repetitiva y tranquila que lleva uno cuando es derrotado por la rutina. Cine independiente que ver únicamente si se está bajo cierta predisposición, si no, puede parecer aburrida y somnolienta. En mi caso, no puedo decir que se trate de un peliculón, pero sin duda me encontró receptivo. Añadir que pese a estar bien, no es el peliculón del cine independiente que dicen las críticas de periódicos y culturetas. Se trata de una de esas películas que sólo sabrán apreciar quienes se agobian con el día a día y encuentran relax sentados en su habitación, mirando a la nada. Para uno de esos días de hastiago.